El Poder Jesus

El Poder Jesus

Jesus del Gran Poder

Bendito Señor del Gran Poder,

Supremo monarca, Hijo del Eterno Padre.

Jesús dulcísimo, cargado con aquel pesado madero,

te doy todo mi amor y todos mis afectos.

 Tú que eres tierno y justo, Señor,

que eres compasivo con las personas,

Tú que nos conoces y nos defiendes,

por la bendita Cruz que llevas sobre tu hombro,

por tu Preciosa Sangre derramada,

por toda tu Pasión

dame la mano en mis caídas

y fuerza para corregir mis defectos.

Tú que eres el Brazo Poderoso,

oh buen Jesús de mi corazón,

ampárame, protégeme, auxíliame.

Colocado a la diestra de Dios Padre,

no dejes nunca, mi amado Jesús,

de ayudar y favorecer

a los que con sencillez y esperanza acudimos a ti.

acuérdate de tu infinita caridad,

y ten presente mis muy difíciles problemas

y mis grandes necesidades.

Siempre en ti confío, contigo no temo nada

pues eres mi esperanza, oh mi buen Jesús.

Creo en ti, creo en lo inmenso que es tu amor,

creo en tu Gran Poder.

Jesús infinitamente bueno y poderoso,

creo en que nunca nos olvidas ni desamparas,

creo en tu bondad y misericordia,

por ello te ruego atiendas mis suplicas.

Jesús mío, Señor del Gran Poder,

que tus ojos vean y tus oídos oigan

lo que te pido (3 veces):

(decir con muchísima fe lo que se desea obtener).

Jesús, mi Señor y Rey,

Te he presentado humildemente

mis necesidades y mis problemas,

por favor dígnate a escuchar mi súplica,

dame la mano de tu gracia

para que logre ese beneficio,

abrázame con tu amor,

responde a mi alma y a mis deseos.

Jesús amado del Gran Poder,

por tu misericordia dame tus bendiciones,

y dígnate hacerme participante

de los méritos de tu Pasión y Muerte

para que haciendo yo buena vida en este mundo,

llegue a verte resucitado y glorioso en la vida Eterna,

y allí te alabe sin fin,

en compañía de tu Santísima Madre,

y todos los Santos y Ángeles del Cielo.

Amén.

Rezar nueve Padrenuestros y Gloria.

Hacer la oración y los rezos tres días seguidos,

nueve si la petición es muy, muy, difícil.

Es conveniente encender una vela morada o blanca

el primer y último día.